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TIRA MANZANILLA
 

Retos de la sanidad del siglo XXI: calidad asistencial y empleo digno

En LAB creemos que es hora de abordar la cuestión de las ratios profesionales, es hora de establecer unas ratios asistenciales fijadas de manera normativa. Con un doble objetivo fundamental: la asistencia de calidad y el empleo digno y estable.

El modelo actual se ha mostrado en muchas ocasiones ineficiente. La desigualdad entre profesionales, debido a equipos mal dimensionados, ha generado desequilibrios laborales y de atención por su excesiva desproporcionalidad. La creación de un régimen normativo que regule la equidad entre los distintos profesionales y que dimensione adecuadamente las plantillas, adaptándolas a sus cargas de trabajo, es imprescindible para lograr estándares de calidad reales y no maquillados.

Debemos ser punteros en el desarrollo de una ley de ratios que vele por una plantilla segura y por la calidad de los servicios públicos más allá de intereses políticos, económicos o de otra índole. Estamos siendo testigos de la variabilidad que se puede producir por concepciones neoliberales de los servicios sanitarios, más allá de comparaciones sesgadas con el Estado Español.

Nuestra sanidad debe blindarse a todo tipo de coyunturas y regular por ley la cantidad de profesionales que atienden a los usuarios del sistema, mediante criterios de trabajo y cargas asistenciales, más allá de intereses corporativistas que buscan los privilegios de unos pocos, mediante el empeoramiento de las condiciones de trabajo de la mayoría.

Existen ejemplos de desarrollo de leyes de ratios de atención que han propiciado un aumento del empleo estable. Estos incrementos del empleo estable van ligados a un aumento de la calidad, a una disminución de la mortalidad, fideliza a la plantilla y permite un correcto desarrollo de las capacidades profesionales del conjunto de trabajadoras y trabajadores que componen los servicios sanitarios públicos.

Se debe realizar un estudio profundo de la necesidad de profesionales, tanto asistenciales como de apoyo asistencial, que componen los servicios sanitarios de Osakidetza y Osasunbidea.

No olvidemos que la privatización de la sanidad -bien de forma directa con externalizaciones, o indirecta mediante las unidades de gestión clínica- supone blindar los privilegios de unos pocos en detrimento de la mayoría, fundamentalmente de las personas atendidas.


 

 

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